Abrir los ojos a la violencia de género…para terminar con ella

Escrito por June Cook-Selman

Class of 2026

     Cuando reflexiono sobre mi vida y los ejemplos de las personas que caminan con los ojos cerrados, pienso sobre la socialización de los chicos y la existencia de la doble moral entre los géneros. ¿Por qué tenemos expectativas bajas para los hombres? ¿Cómo crean estas expectativas una cultura de silencio y de culpabilización de las víctimas? Hay muchos ejemplos en la historia y en la vida diaria en qué cerramos los ojos sobre el comportamiento de los hombres. Los ejemplos de que quiero hablar son sobre las diferentes expectativas de conductas para los chicos en la escuela y sobre la agresión sexual en la universidad. 

     Desde el jardín de infancia, los niños han estado aprendiendo a existir en relación a su género. A un nivel básico, el género de los niños influye en qué colores, ropa o actividades son sus favoritas. A un nivel más profundo, se presupone que los chicos son mejores en materias como las matemáticas y las ciencias. No hay ninguna verdad en este estereotipo, pero, aun así, afecta los resultados de los estudiantes durante y después de la universidad. Por ejemplo, hay más hombres en el campo médico y más mujeres en la enfermería. Podemos ver esto como un efecto de las experiencias tempranas que moldean la vida. Además, los chicos aprenden que ellos son más fuertes e inteligentes. Por otro lado, las chicas aprenden que ellas son más simpáticas y agradables. Como resultado, las chicas asumen responsabilidad y madurez a una edad más temprana. Mientras, los maestros toleran el comportamiento malo y perturbador de los chicos; y, como consecuencia, creen que las reglas no tienen nada que ver con ellos y no se les aplican. 

     Las normas de la escuela no son las mismas que las del mundo real. Cuando hablamos sobre el mal comportamiento de los hombres en el mundo real, los ejemplos son más peligrosos. Un ejemplo es la cultura de la fiesta y el alcohol en la universidad, y cómo afecta a las mujeres. Primero, los hombres observan la ropa que las mujeres llevan. Si sus senos son visibles, es una mujer promiscua. Pero, si no van escotadas, es una mojigata. Además, hay personas que defienden la agresión sexual preguntando, “¿pero, qué llevaba puesto?” La cultura de la fiesta permite a los agresores usar el alcohol como excusa de sus acciones violentas. Los hombres han aprendido que su comportamiento será disculpado por sus amigos, sus maestros, sus padres y muchas veces la ley. Obviamente, la agresión sexual no solo afecta a las mujeres, pero afecta a muchísimas más mujeres que hombres. Pero, las universidades caminan con los ojos cerrados porque si no observan el abuso, no necesitan hacer nada. Además, las universidades quieren tener una buena reputación. Así que es más importante proteger la reputación que proteger a los y las estudiantes. 

     La semana pasada, fui a una manifestación en contra de la violencia de género. Había un póster que decía “la violencia doméstica comienza con la misoginia.” Entiendo por qué caminamos a ciegas frente a este problema, es una verdad que da miedo. Es fácil pensar simplemente que algunas personas son malas, pero el problema es el sistema de opresión y el sexismo. En la manifestación, la líder de la YWCA Mohawk Valley dijo que una de cada tres mujeres es víctima de una agresión sexual. Todas las mujeres están en peligro. También, en esta manifestación había supervivientes y sus familias que hablaron sobre sus experiencias. En ese momento, yo quería caminar sin ver, con los ojos cerrados, porque las historias eran absolutamente horribles. Sin embargo, es importante que prestemos atención a las víctimas cuando hablan sobre sus experiencias. Necesitamos apoyar los movimientos como “Me Too” o las organizaciones como la YWCA que están dando voz a las víctimas. El mundo necesita cambiar, y no puede cambiar desde el silencio y la ignorancia.