10 de enero de 2023

 

Madrid: que nunca se diga,

nunca se publique o piense

que en el corazón de España

la sangre se volvió nieve.

–Rafael Alberti

¡Saludos desde Iberia!

En enero las noches frías y silenciosas de Madrid pueden dejarnos helados. Uno se abriga bien por la mañana para ir al Centro de HCAYS. Pero por la tarde sale un sol magnífico y el cielo se vuelve más grande que en ningún lugar del mundo. Aquí el equipo de Hamilton está preparando con mucha ilusión la llegada de los estudiantes del semestre de la primavera. Al mismo tiempo, todavía llevamos en el corazón recuerdos de los buenos tiempos que vivimos el semestre pasado y echamos de menos a los estudiantes que se marcharon en diciembre.

El otoño brindó experiencias inolvidables. Después de una semana de orientación y exploración de la ciudad a principios de septiembre, nuestro primer viaje como grupo se hizo en avión. Santiago de Compostela, capital de la región de Galicia y mítico destino final de los miles de peregrinos que cada año atraviesan cientos de kilómetros para llegar a su famosa catedral, siguiendo el sonado “camino de Santiago,” nos recibió la primera mañana con lluvias torrenciales y un paisaje de vivo verde. Fue un cambio radical, ya que en Madrid el calor se había mostrado implacable durante la primera semana del semestre. Una vez llegados a Galicia, aprendimos sobre la fascinante historia y cultura de aquellas tierras del noroeste del país, que además de su peculiar clima lluvioso tiene también su propio idioma (el galego). Visitamos la catedral de Santiago—y su famoso botafumeiro—donde se guardan los restos del supuesto apóstol de Cristo. Después seguimos explorando Galicia con una cata de vinos en un pequeño viñedo que no sólo produce vinos deliciosos sino que también refleja y apoya los valores de la sostenibilidad ecológica.

Aventurándonos más allá de Santiago, dimos una vuelta en barco por la ría de la ciudad de Vigo donde vimos con cámaras submarinas cómo funciona la industria del marisco y caminamos por terrenos mágicos por los acantilados y playas de la costa. ¡Hasta pasamos una noche en una fortaleza cuyos orígenes datan desde hace dos milenios!  

Un mes más tarde, cuando los estudiantes ya se habían habituado a la vida madrileña, nos dirigimos al sur del país, tomando esta vez un tren de alta velocidad—el AVE—a Sevilla, capital de otra región muy distinta a Madrid: Andalucía. Allí hicimos una visita guiada de la parte histórica de la ciudad, visitando entre otras cosas el famoso Real Alcázar con su decoración mozárabe, y la Giralda construida por la población musulmana que habitaba y controlaba esa gloriosa ciudad durante 500 años. También exploramos, desde el Río Guadalquivir en barquitos, el barrio de Triana, donde transcurre la famosa ópera Carmen de Georges Bizet. En el sur todavía hacía calor en octubre, y cenamos en una terraza al aire libre en manga corta, refrescándonos con los icónicos abanicos tradicionales.

El último viaje nos llevó a una de las grandes joyas de Europa: Barcelona. Siendo el epicentro de la arquitectura y arte del modernisme (conocido en otros países como art nouveau), un mostrario de la arquitectura de Antoni Gaudí y la zona cero del polémico movimiento separatista catalán, Barcelona es también la capital de Cataluña, otra región dentro del Estado Español que tiene su propio idioma (el catalá) y notables diferencias culturales. Allí empezamos con una visita guiada del Barri Gótic, uno de los barrios medievales más grandes del mundo. Vimos edificios y monumentos de los años 1100-1500 y escuchamos explicaciones de los daños causados por los bombardeos de las fuerzas fascistas y nazis durante la Guerra Civil Española (1936-1939). También hicimos una visita guiada de la Sagrada Familia, la obra maestra de Gaudí y una atracción arquitectónica de alcance mundial.

La combinación de nuestra vida cotidiana en la gran ciudad de Madrid y viajes a tres extremos—geográficos, paisajísticos, lingüísticos, climáticos y culturales—de España nos permitió observar y absorber la maravillosa diversidad del país. Disfrutamos al máximo la península, desde los pirineos y el Atlántico hasta el Mediterráneo y las tierras de los antiguos califatos.

En la primavera, vamos a seguir explorando. Primero volveremos a Andalucía con un viaje a Córdoba y Granada, donde visitaremos, entre otras cosas, la Mezquita de Córdoba, cuyo visible pasado multicultural, una mezcla del imaginario musulmán con el cristiano, salta a la vista. Después iremos a Granada a visitar La Alhambra, el tema de los famosos cuentos de Washington Irving. También vamos a viajar a Valencia, en la costa mediterránea, y descubrir sus propias tradiciones locales, entre ellas las fallas. Finalmente, iremos al País Vasco. Allí es donde se rompen por completo todos los esquemas de lo que es “España.” Con un idioma pre-indo-europeo y unos monumentos tan antiguos—entre ellos las cuevas de algunos de los primeros seres humanos que habitaban Europa—como modernos—tales como el Museo Guggenheim diseñado por el arquitecto norteamericano Frank Gehry—y un legado de separatismo incluso más vehemente que el movimiento catalán, Euskal Herria (el País Vasco en lengua vasca) nos llevará—dentro de Europa—más allá de los confines del mundo occidental tal y como lo conocemos.

Entre viajes, Madrid segue siendo nuestro hogar. En esta gran metrópolis cosmopolita, diversa y abierta, todas las expresiones individuales se valoran y se celebran. Es también, como dicen, la ciudad que no duerme. En todos los sentidos, en Madrid nunca es tarde. Ya sea con frío o con calor, hay que despertarse y percatarse en Madrid.

Justin Crumbaugh,

Director Residente de HCAYS