Cuando April decidió estudiar un año de su carrera universitaria en el Perú, no pensó en cómo la gente no entendería su identidad y experiencia. Estaba esperando preguntas raras — los Estados Unidos las atraía, podría con ellas. Y no era que Perú fuera inmanejable, pero habían pasado casi dos meses y April aún no tenía ningún amigo. En sus clases, no hablaba con ninguna persona salvo cuando quería participar. En pocas palabras, April estaba aislada.

April despertó una mañana y pensó que, si no hacía nada, sus días en el Perú iban a terminar como un momento de su vida que había que borrar. “No quiero desperdiciar este tiempo. Necesito saber qué debo hacer para arreglar esto. O al menos intentarlo.” Ella sacó su teléfono y fue a la tienda de aplicaciones. Cuando encontró “HelloTalk,” una aplicación para el cambio de los idiomas, April pensó que había encontrado la solución a sus problemas.

Empezó a hablar con las personas de la aplicación. Es sorprendente — ella consiguió la aplicación para escapar de la transfobia y el aislamiento de Perú, pero no esperaba que sería lo mismo en una aplicación en que ella hablaba con las personas… de Perú (y otros países Latinoamericanos). Y ella sabía que no es el continente que es transfóbico — como en los Estados Unidos, hay personas transfóbicas y hay personas que abrazan la diferencia. Y no eran violentamente transfóbicas, pero todas las personas parecían pensar que era extraño que April fuera transgénero. Quizás April debería haber dejado de abrirse con la gente, pero… ¡era una parte de su identidad y parte de su experiencia muy importante en Perú! ¿¿Por qué no debería hablar sobre ello??

Así, empezó la conversación que cambió todo:  

Hola, soy April, soy una chica transgénero de Nueva York, y estoy estudiando en Perú por el año. Tengo problemas con el aislamiento en la escuela. ¿Cuáles son algunas cosas que puedo hacer para crear comunidad?

Y horas después, finalmente April obtuvo una respuesta positiva.

Hola April, ¡soy Teresa! Soy de Perú, y ¡estoy estudiando en Nueva York por el año! Tuve muchas experiencias con el aislamiento en la escuela también. Soy lesbiana, y muchas personas no les gusta esto. ¿Quieres hablar?

Las chicas hablaron mucho en los próximos que siguieron. Hablaron sobre tópicos relacionados con su juventud o los mejores lugares para visitar en Perú y Nueva York. Hablaron mucho sobre el aislamiento que ambas sentían. Se acercaron mucho y muy rápido — en parte porque en realidad no se conocían, ninguna se había visto la cara ni oído la voz de la otra. Quizás era la magia de sus conversaciones. Podían hablar sobre cualquier cosa — era como hablarle a una pared. Una pared que también podría responder con ingeniosos y amables comentarios y consejos.

Unas pocas semanas después de su primera conversación, Teresa recibió un mensaje de April. Ella había estado haciendo su tarea, pero cada pocos minutos se encontraba revisando su teléfono en busca de una notificación de April. Fue sorprendente lo rápido que se había convertido en una rutina enviar mensajes a la chica a casi 6.500 kilómetros de distancia. El mensaje, sin embargo, era angustioso. April escribió que, en clase, unos hombres la habían acosado. Nadie hizo nada. Los mensajes de April vinieron en ráfagas rápidas.

Los hombres dijeron que no soy una mujer, solo un hombre al que le gusta usar la ropa de mujer… Que soy un hombre que vino a Perú para hacer que otros se sientan incómodos… Que soy ridículo. Y sin valor. Y que no pertenezco.

Me siento como si no fuera nadie, nada. Si yo desapareciera a nadie le importaría.

Teresa pensó un momento antes de responder.

April, lo siento muchísimo.

Y luego agregó algo.

Hay una palabra para este sentimiento, ¿Sabes?

Teresa esperó una respuesta.

            No. ¿Cuál es?

Teresa sonrió. Esto tal vez podría ayudar: saber que otros se habían sentido como se siente April.

Es “ningunear.” Cuando una persona te hace sentir como si no fueras nada, como un nadie.

Espero que eso ayude…

            Y cuando April respondió, los hombros de Teresa se relajaron.

Sí, ayuda. Es difícil sentir que soy la única persona que está experimentando esto. No sé por qué pensé que dejar los Estados Unidos significaría dejar atrás la transfobia. Está en todas partes.

            April había pasado los últimos dos meses fingiendo que la transfobia y misoginia flagrante de sus compañeros de clase no le molestaba. Simplemente era demasiado.

                        ¿Has sufrido experiencias como estas?

            April sabía cuál era la respuesta antes de compartirla, pero necesitaba la validación de todos modos.

Sí, en Perú y aquí. El racismo y la intolerancia en los EEUU es horrendo. Es ineludible. Salgo del campus y la gente es racista conmigo en la calle. Voy a clase y mis profesores dicen las cosas más ignorantes. Así que, si te ayuda, ¡vivir en otro país simplemente es difícil! Es difícil estar en una cultura completamente diferente a la tuya.

April entendió que, si no sacaba nada de este viaje a Perú, al menos había conocido a Teresa. Al menos estaba eso.

                        Lo siento, Teresa.

                        Tengo un descanso en unas semanas. ¿Todavía estarás en Nueva York?

            April mordió su labio mientras esperaba una respuesta.

                        Sí, no regresaré a Perú para el descanso… ¿por qué?

            April sonrió ampliamente, y respondió.

                        Voy a estar en Nueva York.

                        Podríamos encontrarnos. ¿Y almorzar, tal vez?

April pensó para sí misma. Espero que ella sienta lo mismo. Ojalá ella quiera lo que yo quiero. Conexión. Comunidad. ¿Algo más, tal vez?

            ¿¿OH?? ¡¡Me encantaría!!

            Unos días después, April caminó por JFK. Estaba tan feliz de estar en los EEUU. Al mismo tiempo, extrañaba mucho Perú. Incluso, extrañamente, la sensación de ser una extraña. La sensación de ser… especial. Diferente. A pesar de que trajo tanto dolor, también la hizo sobresalir.

            Ella comenzó a mirar alrededor en busca de Teresa. Aunque solo había comenzado a chatear por video con ella en las últimas semanas, su cara estaba grabada en su mente. April la reconocería en cualquier lugar.

            Y entonces, sus ojos se encontraron. Y de repente, April ya no era nadie. April era alguien. Teresa la convirtió en alguien. O, más bien, la ayudó a ser la persona que sabía que podía ser. Y la perspectiva de volver a Perú al final del descanso se sintió menos desalentadora. Ella era alguien, y nadie más la podía ningunear.